Eros y Jade: Relato IV
A su merced
—Ve a la habitación —ordenó Eros, sin apartar la mirada del libro que leía.
En ese momento mi corazón se empezó a acelerar, mi cuerpo obedeció antes que mi mente. Sabía lo que significaba esa orden y lo que me esperaba. Y lo deseaba más de lo que me atrevería a confesarle en voz alta.
Entré en la habitación de los juegos. La penumbra envolvía la estancia, las sombras del mobiliario se dibujaban en la pared: la cruz, las cuerdas, la cama con argollas. Me detuve al pie de esta y me desnudé lentamente, tal como Él me había enseñado, sintiendo cómo el deseo escalaba por mi columna.
Escuché sus pasos antes de verlo.
Eros entró y cerró la puerta tras de sí. Su mirada profunda, de color café me recorrió entera. Sonrió.
—Súbete —dijo con voz baja, rotunda.
Lo hice. La sábana de lino acariciaba mi piel desnuda. Él tomó sus cuerdas de seda negra —las que sólo usaba conmigo— y me ató lentamente, una muñeca a cada extremo del cabecero, luego los tobillos. Quedé abierta ante Él, expuesta, vulnerable... Deliciosamente indefensa.
Sus dedos acariciaron mi muslo, suaves como si me dibujara. Luego sus labios me besaron el vientre, lento, profundo, y sentí que me derretía bajo su boca.
—Hoy no puedes pedirme nada —murmuró—. Solo vas a recibir.
Intenté responder, pero su mirada me silenció. No hacía falta. Él ya me conocía demasiado bien.
Tomó uno de sus juguetes favoritos: un vibrador, que colocó justo donde sabía que podía torturarme dulcemente. Lo encendió en el nivel más bajo. Mi cuerpo se estremeció. Jadeé, me arqueé sin poder evitarlo. Eros lo deslizó entre mis labios hinchados, lo mantuvo en mi clítoris unos segundos... luego se alejó, dejándome temblando.
—Tu cuerpo me pertenece —susurró.
Y entonces me azotó. Su mano golpeó con firmeza la carne de mis muslos, mis nalgas, dejando un calor que se mezclaba con el placer que el vibrador no dejaba de provocar. Cada impacto era una muestra de su poder, y yo lo recibía con un gemido, entregada a Él con absoluta pertenencia.
Me besó de nuevo, esta vez en la boca. Mordió mi labio inferior mientras sus dedos, cubiertos de mi humedad, trazaban círculos sobre mi sexo, encendiendo mi tormento. Yo temblaba bajo Él, húmeda, entregada.
—No vas a correrte todavía —dijo, y apagó el juguete.
Un gemido se me escapó, ansioso. Él rió. Esa risa que siempre consigue que me derrita aún más.
Me observó un momento. Luego se desabrochó el pantalón, y cuando sentí la punta de su sexo rozar mi entrada, se me escapó un suspiro profundo. Me penetró de una sola vez, con firmeza. Se quedó dentro de mí, sin moverse, mientras yo luchaba inútilmente contra las cuerdas.
—Esto es mío —dijo, mientras empezaba a moverse—. Tú eres mía.
Asentí entre gemidos. No podía articular palabras. Sólo sentir mi cuerpo incendiado. Sus manos agarraban mis caderas. Y yo gritaba, imploraba que no se detuviera.
Me dio su permiso.
—Ahora, Jade. Déjate llevar.
Y me corrí. Me corrí con todo el cuerpo, con fuerza, con la espalda arqueada. Él me siguió, derramándose dentro de mí mientras mi cuerpo temblaba bajo el suyo, todavía atado, todavía suyo.
Se quedó unos segundos encima, respirando contra mi cuello.
Luego me desató con ternura, besando cada marca que las cuerdas habían dejado sobre mi piel.
Y en ese instante, con el susurro de nuestros gemidos aún flotando en el aire, supe que no había lugar más seguro que a su merced.
Jade©️
Eros y Jade seguirán recorriendo los senderos del deseo hasta la siguiente fantasía.
Ha vuelto Jade a manos de Eros y nada menos que con un momento altamente de intensidad sexual, siendo objeto de placer. No hay mejor estímulo que quien sabe conducir al placer más extremo.
ResponderEliminarBesos dulces Mari y dulce fin de semana.
Hola Dulce caballero, me gusta Jade como compañera de Eros. Estoy de acuerdo contigo, el placer hay que saber conducirlo y sacarle el máximo partido.
EliminarBesos Dulce caballero!😘
Sólo puedo
ResponderEliminardecir ...
ummmmm
Dicho queda, buen día Orlando.
EliminarTus relatos nos levam para uma otra dimensión...
ResponderEliminaronde tudo es fascinación... deseo...placer... y tudo se completa!...
Besos y cariños
Gracias Albino, encantada de tenerte nuevamente en este espacio.
EliminarBesos!