Clase privada

Mara no tenía un propósito ese día, pero sin esperarlo iba a cumplir su fantasía con Sergio. Mara llegó al gimnasio como cada jueves, con el cabello recogido en una coleta improvisada. A diferencia de otros días, esta vez no la acompañaban sus amigas. Habían cancelado a última hora, pero ella no quiso perderse la clase de pilates. O tal vez no quiso perderse a Sergio. Él ya estaba en la sala, colocando la música. Un chill out envolvente comenzó a llenar el ambiente con sus notas lentas y sensuales. Sergio se giró hacia ella al notar su llegada. Su mirada azul, profunda e imperturbable, se clavó en la suya. Bastó ese cruce de ojos para que a Mara le recorriera un escalofrío. Siempre le había parecido atractivo, pero ese día… había algo diferente. —¿Vienes sola? —preguntó él, con una sonrisa ligera. —Sí —respondió, quitándose la chaqueta—. Mis amigas no han podido hoy… y a mí no me apetecía nada faltar a tu clase. Sergio asintió con una expresión enigmática. Luego, dio comienzo a la sesi...